Me apago

Me apago lentamente,
como la bombilla de una linterna
que empieza a agotar sus baterías.

Me apago
y mi fulgor se consume
en boqueadas chisporroteantes.

Tibias brasas se vuelven
mis entrañas carcomidas,
tiñéndose del enlutado ropaje
de los tizones
y amontonan bajo mi piel
su ceniza macilenta.

Me apago,
lentamente,
como hace la lumbre que no se aviva
en el hogar abandonado;
como las estrellas moribundas
que ya no se contemplan;
o como la cerilla distraída
que nadie recordó soplar.

Me apago…
dejando tras de mí
unas manos ateridas
que ya no encontrarán el consuelo
de un cálido aliento.

Me apago

2 comentarios en “Me apago

    1. Cierto es que esta vida se nos va a todos poco a poco -aunque a veces, por desgracia, se nos arrebata en un suspiro- desde el momento en que nacemos y darnos cuenta de este hecho, de lo mucho que nos queda por hacer, del tiempo perdido, de nuestras limitaciones, etc., nos produce ese golpe de melancolía que, o bien nos noquea, o nos da el impulso necesario para coger carrerilla. Buenas pascuas para ti también.

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